¿Cómo se ejecuta la cotidianidad en otros territorios? ¿Cómo podemos salir del entorno naturalizado para acercarnos al otro? La distancia y disparidad entre territorios como la Ciudad de México y el Estado de Durango se disuelven a través de la imagen y la posibilidad de imaginar, en un nuevo paisaje fusionado, las distintas formas en que se delinean las poblaciones en el país.
Esta yuxtaposición de latitudes es entonces una descolocación del paisaje urbano para llevarlo a un espacio rural, donde el panorama agreste juega con el concreto y la saturación de la ciudad. El trazo lineal se deshace entre la aparente irregularidad rural y configura nuevas posibilidades para percibir la distancia entre las capitales y la provincia.
Entronque, es la puerta a un diálogo pausado sobre el territorio, la forma en que lo habitamos y cómo poder acercarnos y empatizar con los otros en una contraposición de lo disperso y lo masificado. Nos aproxima, deshaciendo cientos de kilómetros, para traer a la mente una reflexión sobre las problemáticas particulares de la ciudad y los pueblos, y lo que nos conecta.
